El mundo sería otro
si se contaran del revés los
cuentos.
Si se dijera por ejemplo:
“Caperucita no salió de la
barriga del lobo
sin haber muerto”.
“Blancanieves no despertó
con su príncipe
de su profundo sueño”.
“La Bella nunca dio a la
Bestia
con amor un beso”.
Porque no está bien educar a
los niños
en relatos que no son
ciertos.
Porque viviendo de ilusiones
siempre es más fuerte
la hostia contra el suelo.
Porque mi vida,
que marcha casi siempre del lado
del revés,
por más que lo intento,
nunca ha sido un maldito
cuento.
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