lunes, 18 de octubre de 2010

PODRÉ CREER EN PLATÓN

Llevo en mí el privilegio
de haber visto dentro de ti.
Y no me ha resultado difícil.
Cualquiera que te conozca
sabe que eres realmente invisible.
Tu piel y tus ojos no son más que ilusiones
que no dejan de transparentar tu esencia:
Una luz absolutamente blanca;
Una verdad pura, simple;
Una idea clara;
Tal vez todas las ideas en una.
Yo, que no soy creyente
y confieso haber blasfemado
contra Dios, muchas veces,
puedo decir que ya he visto en ti
el lugar donde pasaré el resto de mis días.
Porque si Dios existe
y es cierto que cuida de mí
debe saber que siempre me he esforzado
por ser mejor persona
y ahora sé para qué ha merecido la pena,
pues ya he visto el lugar
donde guarda todas sus almas
y me he quedado tranquilo.
Yo, que tengo el cuerpo molido
de dar tumbos en la noche,
que me he ahogado más de cien veces
en una oscuridad inmensa,
que creo firmemente en la libertad absoluta,
ahora debo dar gracias,
porque he sentido por un momento
que todos los pasos de mi vida
han sido necesarios.
Que han estado encaminados
a conocerte, para simplemente
poder verte.
Gracias, porque ahora
podré ser capaz,
por primera vez en mi vida,
de creer en Platón.