martes, 7 de diciembre de 2010

METAFÍSICA

Quiero pensar que sucedió así,
porque la verdad, como las personas,
se acaba disolviendo
en la noche del tiempo:
Llega El Filósofo apresurado al Liceo
y anuncia:
- La lección de hoy es importante.
No perdáis una sola palabra.
Hoy comenzamos la Ciencia Primera,
la del ente en cuanto ente.
La que nos permite saber
lo que las cosas son
y lo que ahora escribáis
puede que sirva a los que luego
ocupen vuestros asientos.
- ¿Por qué, Maestro?- pregunta una voz
entre caras de desconcierto.
- Porque todos aspiramos
a conocer la verdad- responde él-
cuando estando solos
somos sinceros.
Entonces el alumno escribe su primera frase:
“Todo hombre desea por naturaleza saber”
en una tablilla de cera,
primitivo cuaderno.
Así comienza la Metafísica,
como la tituló Andrónico de Rodas
unos tres siglos después
de este momento.

4 comentarios:

Rodrigo Simón dijo...

Perfecto resumen de Aristóteles, Mario. Me ha gustado mucho. Sigue escribiendo tu poemario sobre filósofos. Nos vemos pronto. Un abrazo.

Mario dijo...

Gracias, compañero. Nos vemos el viernes.

Marta Álvarez dijo...

Me gusta la recreación del fantástico momento aunque...ahora me toca leer esas putas tablillas transformadas ya en nuestros "estupendos" libros y...bueno...en fin...Aristóteles es agotador, la leche.

Mario dijo...

Sí, que lo es :). Si alguno de los alumnos hubiera copiado muy bien todo o si él hubiera hablado algo más despacio... En todo caso Aristótles era un crack. A mí de mayor no me importaría ser como él.